¿Por qué resulta tan difícil que las personas respeten?, si sabes que no debes tirar basura, ¿por qué la tiras? Si sabes que debes respetar las señales de tráfico ¿por qué no lo haces?, si la calle cuenta con puentes peatonales ¿por qué no los usas? y si es un poco más seguro cruzar la calle en las esquinas ¿por qué te arriesgas?, ¿vale la pena?, ¿te dan algo por cada vez que al conducir te le cierras al que va a un costado, al ciclista, al peatón o a todo aquél que según tu apreciación hizo algo para ofenderte?, ¿por qué si puedes ayudar al prójimo resulta tan difícil? la respuesta a estas y algunas otras preguntas parecidas está en “La ciudad donde todo se vale”.
Un lugar donde la impunidad y muchas otras situaciones se permiten, un lugar donde la indiferencia se apodera de los habitantes, las autoridades y todo aquel que se atreve a acercarse, donde los lugares que venden sustancias ilegales y son el foco de actividades ilícitas son bien conocidos por las autoridades y el público en general, ¿has pensado en huir o buscar un lugar mejor donde vivir? ¡Sorpresa! “La ciudad donde todo se vale” está en todos lados no hay escape, donde quiera que vayas o mires ahí está presente, claro si TÚ lo permites.
¿Qué tan importante y valioso es que ayudes y pongas tu granito de arena?, las buenas obras tienen una característica curiosa, se propagan fácilmente… ¿Alguna vez has intentado sonreírle a alguien en la calle?, ¿te detienes a escuchar a las personas sin razón aparente y sin intención de obtener algo a cambio? ¿Existiría “La ciudad donde todo se vale” si cambias tu actitud? ahora contesta honestamente esta pregunta: ¿Qué hiciste el día de hoy para mejorar como persona, como ciudadano y como ser humano?
Todas estas preguntas me visitan frecuentemente al despertar, convivir con la familia, salir a la calle, en el trabajo, escuela o donde sea, son fantasmas que aparecen no para atormentar si no para ser recordados. El domingo 7 de Febrero me enteré que falleció la hija de un amigo muy querido, producto del descuido y la imprudencia de un chofer de autobuses, algo tan simple como el hecho de cruzar con la luz roja, resulta algo risible si lo piensas, una insignificante luz roja que no fue obedecida ocasionó la perdida de una niña, cuyo mundo consistía en juegos y risas con su hermana y su abuelo, las caricias de sus padres y el ocasional regaño por la travesuras que pudo haber hecho… gracias ciudadano de “La ciudad donde todo se vale” gracias a ti se permiten estas y muchas más injusticias.
Si todavía te sientes ajeno a esta ciudad, seguimos con el interrogatorio: ¿Le has permitido al chofer de taxi, camión o cualquier medio de transporte en el que andas que se pase los altos? porque tienes prisa o ¿Has pedido que se apresure porque llegaras tarde a tu destino? (siendo que te levantaste tarde o no has podido salir a la hora que debías), ¿has visto como tiran o has tirado basura en la calle sin pensar en las consecuencias de esos actos? ¿Qué beneficio obtienes al actuar de manera despectiva hacia las demás personas?... es interminable la lista de preguntas. La justicia por propia mano genera más sufrimiento, eso es un hecho que está claro con ejemplos de sobra, pero cuando se siente impotencia por no tener a quién recurrir cuando los encargados de “proteger y servir” voltean hacia otro lado… no justifico a nadie simplemente por un momento cambien de zapatos, si tu familia (esperemos que nunca llegue a pasar) se ve involucrada en algo parecido o en situaciones que amenacen la seguridad de algún miembro, ¿a quién puede recurrir?
Me despido, por el momento y agradezco el tiempo que le han dedicado a esta entrada, no lo tomen personal, simplemente es un recordatorio de que es lo que pasa y lo que permitimos (claro hay excepciones). Les dejo la noticia del incidente (aquí) y si gustan exploren las noticias relacionada para que se percaten de la situación.